domingo, 29 de marzo de 2020

A casa

Zarpé de un verdadero amor, de una guerra primavera.

Mientras se mataban en esa llanura, en esa playa
entonaba la humareda de las brasas de la batalla y de los sacrificios,
que ascendía para alegrar al Dios durmiente.

Cuando entré en sus murallas a saquear, eran el misterio de la suavidad de sus olas.
Y el mar, paciente y sabio, mantuvo conmigo su pacto de maldición
dejándome por más de veinte años en esa prisión despoblada de barrotes.

Ahora que pongo un pie vacilante en la orilla de este tejido
quiero hacer mi última matanza,
pero si pierdo un segundo más
tendré que comenzar desde el principio.

Sé que todos sueñan con volver a Ítaca
Pero en esto no me les parezco:
Yo a mi casa llego cuando despierto

viernes, 27 de marzo de 2020

En su nombre (tres poemas)

I

En su nombre
su nombre olvidé
y que es un hombre,

y que es un nombre

y qué es un hombre

y qué es un nombre

II

En su nombre
Mi nombre perdí
y su ser olvidé
en su casa habité
a su ser me postré
y la vida encontré

III

En su nombre
para en su nombre entrar
el cielo soñé
el infierno creo
araña la salida
acaso descanse el fin

sábado, 7 de marzo de 2020

Yo nací en esa rivera...

Yo nací en esa rivera, en esa frontera que ningún hombre inventó
Cuyos vapores hacen un espejo de murmullo a mis espaldas y me tientan
Volteo a mirar y parece que esa mugre, hecha de mi misma tilde, quedaría por fin lavada
A brazada limpia intento nadar por segunda vez en el mismo río
Pero todos sabemos ya que es otro
Para nadie es un secreto lo otro que es
Hace mucho que sabemos que ya es otro
Pero nunca bastó con saber

Fluctuat nec mergitur

No hay desierto tan desolado como para que no me causes olvidarte.
Sin pesar, inamovible, cada día tus ondas me extravían
Con cuál vestidura de plomo podría soportar la radioactividad de tu capricho:
La de tu valiente cruzado, tu obediente jesuita, tu alto dignatario o tu mendicante carmelita
O la de tu consumido anacoreta, tu ebrio pontífice, el campeón de tu ortodoxia o tu irredento hereje
Ni siendo tu testigo cercenado ni de tus lapsi el más arrepentido

En cambio debo contigo reconciliarme sin dormir,
Descansar sin detener y consentir sin entender
Amarte sin esperanza y sin fe creer
Sufrirte sin queja y gozar cuando aconteces
Debo hacer todo al revés de como nunca estuvo prescrito

.

Esos cantos...

A quién le importa algo más que esos cantos. Que entonados no funcionan. Que cortan mejor que sus filos. Que avalanchan cuando los piso. ...