lunes, 12 de noviembre de 2018

Fui al templo...

Fui al templo y estrujé mis dedos con fruición.
“¿Soy el lapsus de un culto?”, pregunté al sacerdote.
Quedándose con mi nada, quien en realidad era un portero, me dio una sonrisa amable.
“Soy el error de un ignorante”, pensé.

.

Esos cantos...

A quién le importa algo más que esos cantos. Que entonados no funcionan. Que cortan mejor que sus filos. Que avalanchan cuando los piso. ...