domingo, 26 de mayo de 2019

Malditos sean para siempre.

Están como pez fuera del agua,
Mientras con el dedo siguen el compás de las trituradoras que les simpatizan.
Rasgan sus vestiduras, estoy a punto de sentirme menos solo
y recuerdo que al perder gritan para no escuchar
y que al ganar llaman a su mal justicia.
Con una mano levantada suplican paz,
con la otra toma un puño de tierra.

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Esos cantos...

A quién le importa algo más que esos cantos. Que entonados no funcionan. Que cortan mejor que sus filos. Que avalanchan cuando los piso. ...